El tango me cautivó desde el primer instante por su sensualidad, fuerza y pasión, así como el flamenco . Conocí los dos en el mismo tiempo de mi vida y me cautivaron al instante!!
Pero hablemos del Tango!! Aprendí a bailarlo por casualidad, sin querer, sin estudiarlo, vino a mí y me dejé llevar. Empecé por el final, bailando en las milongas (encuentros de tango social) y poco después bailando Piazzolla en el escenario. Después de muchos años empecé a estudiar la técnica de manera autodidácta, a perfeccionar el estilo, a sentir de manera más profunda el tango tradicional y a sentirme milonguera .
En mis inicios sentía el tango como una danza que me liberaba del estudio intensivo y metódico que suponía el ballet. La danza clásica era horas y horas diarias para alcanzar la perfección y formarme en la profesión que desde niña siempre me había apasionado. Para mi,en ese momento, ir a bailar tango era liberarme de esa perfección y olvidarme de la técnica que tenía que estudiar diariamente. Me sentía flotar, me dejaba llevar, sin pensar y eso me hacía vivir intensamente momentos increíbles y desconectar de la presión del baile académico que estudiaba día tras día.
Dejé volar mi imaginación y en ella apareció la música de Piazzolla , la revolución del tango en sus últimos tiempos, una música dinàmica, llena de contrastes y que me provocaba una creatividad increíble . Muchos milongueros, decían y dicen que no es tango, quizás por la dificultad de sus compases para bailarlos como tango tradicional en la pista de las milongas pero para crear locuras era con lo que mejor me identificaba y me sigo identificando.
Y llegó el momento de expresarme en la obra más surrealista de Piazzolla , la Opereta de María de Buenos Aires. Esta obra la compuso con Oracio Ferrer, el cual creó una prosa igual de surrealista que la música. Ambas cabalgaban a compàs y se compenetraban intensamente, como una pareja de tango sintiendo el abrazo más profundo al bailar por primera vez en una milonga cualquiera. Este fué mi debut en el tango, un debut mágico en el sueño del Palau de la Música catalana y otros escenarios.
Más adelante,poco a poco, inicié una segunda etapa y evolución hacia el tango milonguero. Entre mates y tradición fuí creciendo en esta danza tan sensual que te envuelve por fuera y por dentro. Entendiendo su sentido, su origen y sentimiento , compartiendo instantes de locura, pasión y dedicación. Poco a poco, evolucioné desde mis inicios de descontrol al control, a un control más sentido , a un control por entender la técnica ,por sentir el abrazo profundo, por escuchar al otro. Para una vez entendido todo esto, el tango tradicional, estructurado en todos sus detalles y matices, estudiado y masticado , poco a poco empezar a desestructurarlo de nuevo para volver a los inicios de libertat e innovación que hicieron que el Tango llegara a mí. Pero con la diferencia que ahora el tango que llevo dentro tiene un substrato consciente de conocimiento profundo del tango que mueve el alma.
